Una vida entera me esfocé por siempre esperar que las personas cambiaran, siempre me dejé ante las personas y nunca fui vengativa. inocentemente.
Después, en la secundaria decidí que era momento de detenerme, cambiar y le rompí la nariz a un chico que se burlaba de mí.
No conforme con ello, comencé a jugar con los sentimientos de las personas por un resentimiento permanente pero nunca fue la solución, ninguna de ellas.
Y llegó quien me hizo cambiar mi parecer. Logró dominar una parte sensible que pensé había perdido y nuevamente puse fe en una persona después.
Como era de esperarse las cosas no resultaron bien al final, por tres años me esforcé de distintas formas y sólo había falsas esperanzas, mentiras.
Lo último a lo que me enfrenté, parecía haber cambiado, sin embargo todo siguió igual o peor, recibí mi karma casi inmediatamente y lo pagué muy caro. Mi mejor amiga me hizo jurar que debía dejar de esperar algo de las personas radicalmente y con eso a dejar de esforzarme por algo, creo que (aunque me dolió al inicio) fue de las mejores decisiones que he tomado; "me rendí".