Hoy ya soy mayor, he madurado y comprendido que no siempre las cosas son lo que parecen, que la imaginación de un niño puede ir lejos y que las cosas sobrenaturales sí existen.
¿No debería ser lo opuesto? No.
Mi historia comienza por casualidad.
Hasta que cumplí alrededor de ocho años, solía llegar de la escuela, apurarme con mis deberes y arreglar mi habitación, todo con un propósito: en las noches tenía una cita muy importante. ¿cuál era la cita? Mi papá salía de trabajar ya que el sol se había ocultado, teníamos una casa grande y no mascotas, era perfecto. Llegaba y tocaba la puerta, en ese momento mi hermano pequeño y yo ya lo estábamos esperando, corríamos a apagar todas las luces de la casa y el patio a escondernos en cualquier parte. Contaba en la calle hasta 50 a veces y entraba, nos buscaba por toda la casa y seguíamos el juego, a veces contaba mi mamá, a veces yo, eran horas jugando.
El propósito era sencillo; no tener miedo a la oscuridad.
No me funcionó, cuando jugábamos en realidad no le daba tanta importancia porque mi familia estaba conmigo, pero un "ve a apagar todas las luces de abajo" o "tráeme esto del piso de abajo" eran de las frases de mis peores pesadillas.
Desde la primera mitad de mis escaleras en forma de U se puede ver la puerta directamente, separada por un par de metros del recibidor, para dirigirme a la cocina o los apagadores, claramente debía pasar frente a esa puerta quisiera o no.
Cada noche era peor que la anterior, desde la ventanita de arriba de la puerta podía notar un par de ojos triangulares de color rojo, desde la mitad superior de esa misma puerta, podía sentir aquella mirada malvada, pesada, asfixiante.
Hasta mis 12 años esa fue mi pesadilla hasta que falleció mi abuela, pasar por su habitación era la misma tortura, la primera del pasillo. pareciera que el arquitecto se las había ingeniado para hacerme sufrir solo a mí.
Tuve que dormir en el piso del cuarto de mis hermanos un par de meses hasta que mi madre se durmió en esa recámara conmigo un par de meses más antes de perderle el miedo por completo a ese lugar.
La pesadilla había empezado realmente. Un par de cosas en distinto lugar, la puerta abierta por las noches, soñar despierta con algo en alguna esquina de mi cuarto, cualquiera de las tres puertas de mi closet abierto, libros tirados al amanecer...
El peor de los sueños fue en el que lo vi, sentado sobre el piso apoyando sus dos manos sobre mi cama, mirándome fijamente, evitando que me moviera, asustándome.
Cuando conocí a un gran amigo, tenía malas energías en su casa y las traje conmigo. ¿cuál era el problema? Cada que nos enojábamos debía llamarle por teléfono incluso toda la noche hasta que dormía, a veces le pedí que incluso se durmiera al mismo tiempo que yo para poder sentirme en compañía y dormir un poco.
Pero llegó el peor día, decidí traer a varios amigos para jugar con ese tablero prohibido.
"Respóndeme el qué quieres de mí" grité por la noche al jugar con ellos.
No hubo respuesta.
"Acaba con la tortura de tener este cuarto los dos, ¡vete! ¡No cabemos juntos!" fueron mis palabras.
El juego siguió y parecía ser que sólo me ignoraba a mí.
La mañana siguiente todo fue horrible, mis amigos gritaban asustados, me veían pero hablaban solo entre ellos y pensé que era una broma, incluso traté de hablarles, pero me ignoraban, "vaya broma tan pesada" pensé.
Me percaté de que un sujeto extraño estaba de pie en un rincón de la habitación, sonriéndome;
"Continuarás ahora tú con mi trabajo, la habitación es toda tuya"
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